Una evolución positiva del alumnado con TDAH en todos los aspectos (educativo, social, emocional...), depende tanto de la implicación del centro educativo como de su familia.
Para implicar a la familia en el ámbito educativo debemos:
- Mantener entrevistas periódicas para intercambiar información: comentar tanto las dificultades como los progresos, llegar a consensos para que haya una coherencia entre las estrategias que se llevan a cabo en el centro y las que se realizan en casa: refuerzo positivo, autoinstrucciones, los adultos somos modelos, ambientes estructurado y organizado, rutinas.
- Tener una agenda como medio de comunicación: para que el alumno se organice, supervisión de maestros y padres, antelación de situaciones escolares, refuerzo positivo del comportamiento.
- Si fuese necesario podríamos utilizar además de lo anteriormente dicho, un contrato y/o registro de conducta entre escuela-familia, dejando claro cuales son las pautas a seguir para ir en una misma línea que nos lleve al éxito.
Recomiendo un libro que puede ser útil tanto a familias como a docentes para entender este y otros trastornos, así como a empatizar con los niños y que nos proporciona estrategias de ayuda: TENGO DUENDES EN LAS PIERNAS.
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